Una mujer australiana da a conocer su increíble vida como chica webcam


Rosie Renée, una joven de Queensland, Australia, dejó su trabajo como entrenadora personal de fitness en un gimnasio a mediados del año pasado. De repente se encontró en casa sin saber qué hacer con su tiempo. Mientras veía un documental británico acerca del trabajo que hacen las chicas webcam, se le ocurrió que ella también podría intentarlo. Admite que cuando comenzó su nuevo trabajo para “adultos”, pensó que se trataba de una estafa. Sin embargo, Rosie cambió rápidamente de opinión cuando un mes después recibió su primer salario. En ese momento, decidió que esta sería su nueva profesión.

Puede ganar hasta 8000 euros ($9500) en un buen mes. Pero, para obtener este tipo de resultados, Rosie no cuenta cuánto tiempo pasa en frente de su webcam y a menudo permanece conectada durante aproximadamente 70 horas por semana. Además de su trabajo de modelo y webcam, Rosie se esfuerza mucho con el marketing, su set, la preparación y sus redes sociales.

En cuestión de 1 año, ha cumplido muchas fantasías masculinas delante de su cámara. Algunos clientes han solicitado cosas inusuales, como pedirle que tome un baño de betarraga, que se cubra con mezcla para buñuelos y hasta que prenda fuego a sus pezones.

Nos comenta: “Al comienzo, por supuesto que me sentía nerviosa, pero también me pareció muy emocionante. Me tomó un tiempo encontrar y crear mi nicho, pero apenas lo hice, fue cómodo, natural y muy divertido”. En sus propias palabras, “No se trata solo de desnudarse y conectarse a Internet”. Rosie decidió compartir su historia para acabar con ciertos estereotipos de la industria del sexo.