Corría marzo de 2016 cuando me zambullí en la industria de los fetiches para adultos mientras publicaba de manera regular fotos de mí misma en Instagram. Llevaba calzas y medias, trajes de látex, calcetines, tacones altos, cuero, etc. Publiqué las fotos porque me veía sexy y linda vestida así. Un día, recibí un comentario de uno de mis seguidores preguntándome si podía venderle los calcetines que estaba llevando ese día.

No podía creerlo. ¿Estaba dispuesto este hombre a pagar por mis calcetines sudorosos? Pasé unos minutos investigando este fetiche en Google y me di cuenta de que este hombre no era un caso aislado. Después de negociar el precio razonable de 60 euros el par, decidí proceder con la transacción y así comenzó mi relación de 1 año con un hombre al que llamé Sock Daddy. Me pidió que lo añadiera a Snapchat y comencé a enviarle fotos de mis pies que eran visibles durante 10 segundos. A cambio, él me enviaba unos cuantos selfies sin camisa. Era un hombre bastante joven, de aspecto normal, que me dijo que asistía a la Ecole de commerce en París. Los fetiches de pies son comunes y hay pruebas de que este interés particular ha existido durante muchísimo tiempo. Por ejemplo, piensa en la práctica china de atar los pies, que se registró por primera vez hace más de un milenio y se considera una forma generalizada de adoración de los pies.

Estos días, los fetiches de calcetines son probablemente menos populares que los fetiches de zapatos o lencería, de acuerdo a sus respectivas representaciones en la pornografía y el erotismo. Sin embargo, todo lo relacionado con una parte sexualizada del cuerpo es popular y cualquier cosa que capture las fragancias y fluidos asociados con esta parte del cuerpo también contará con sus respectivos aficionados. Pero hay simples aficionados y caballeros deseosos de pagar caro por el objeto de su deseo y fantasía. ¿Cuánto pagarías por el sombrero de Napoleón, la guitarra de Jimi Hendrix o las zapatillas de fútbol de Ronaldo? Damos valor a los objetos que han sido utilizados por personas que deseamos y admiramos, como si el objeto estuviera impregnado de esta persona. Poseer un objeto que represente a nuestros héroes nos permite sentirnos más cerca de ellos.

Así es como me convertí en la chica que vende calcetines usados en Internet. Le pregunté a una amiga que hace webcam y vende su ropa interior en su sitio web personal lo que pensaba sobre todo esto. Me dijo que la mayoría de sus clientes tenían « mucho miedo de empezar, pero una vez que empezaron a comprarle lencería o ropa usada, ya no podían parar ». También mencionó que aquellos que la habían visto físicamente tienen una conexión más fuerte con ella que los otros clientes. Es una relación sumisa que hace que regresen más y más, me dijo. En su experiencia, sin embargo, los fetichistas de pies generalmente comprarán objetos usados por muchas mujeres, ya que rara vez están satisfechos con una sola.

Después de que Sock Daddy hizo el pago, siguió preguntando si los calcetines que le iba a enviar eran « seguros », que no debía lavarlos y que nadie más podía tocarlos. Le pregunté por qué era tan importante que estuvieran sucios y sin lavar, y me dijo que le gustaba el desafío de volver a hacer algo muy sucio. Después de que se las envié, seguí pensando que era una forma fácil y conveniente de ganar 180€ por 3 pares de calcetines de 15€, pero había otra razón por la que lo hice. La verdad es que me sentí muy halagada de que un perfecto desconocido pensara que mis pies, que nunca me han parecido hermosos, eran increíblemente sexys.

El ama Harley es una dominatrix que domina las vidas en línea de sus clientes. Esto incluye tener acceso a sus cuentas bancarias, correo electrónico, redes sociales y su ordenador. El impacto potencial de una sesión con ella podría tener consecuencias terribles dependiendo de lo lejos que pretenda llegar el cliente.
Durante una sesión privada Harley utiliza software como TeamViewer para tomar control total del ordenador de sus clientes. Mira sus archivos personales e historial de navegación y obtiene sus contraseñas para leer sus mensajes, acceder a sus redes sociales, etc. Sus clientes pierden el control y se vuelven vulnerables, débiles, pero fijan límites por adelantado que no pueden cruzarse de ninguna manera. Puede amenazar con publicar fotos comprometedoras o mensajes en sus muros de Facebook, enviar mensajes a sus amigos, llamar a sus esposas, etc. Los hombres atraídos por la dominación de datos buscan emoción, que los asusten o aterroricen o sentir que están perdiendo el control de lo que les ocurre. Esto puede llegar bastante lejos… esta dominatrix publicó mensajes en el muro de uno de sus clientes para que parezca como si fuera esquizofrénico. En otro caso, publicó una foto vestido de mujer para desatar reacciones significativas por parte de familiares y amigos. El ama Harley permite que sus clientes obtengan fuertes emociones.
El costo de una sesión privada de 30 minutos fluctúa entre $60 y $100, pero puede costar mucho más para fetiches como, por ejemplo, de dominación financiera. Su estilo es único: está cubierta de tatuajes y tiene el cabello de colores. A pesar de esta apariencia fuera de lo común, es muy accesible y se puede conversar con ella de manera muy fácil. Actualmente vive en un lindo piso en San Francisco. En promedio gana más de $500 diarios, lo que no molesta a su esposo, quien admite abiertamente que acepta y aprecia la profesión de su esposa. La mayor parte de sus ingresos proviene de sus clientes regulares. Sin embargo, hay días en que acierta el bote, como la vez que recibió $10,000 en efectivo y regalos de un cliente quien disfruta de la dominación financiera. Algunos hombres obtienen placer al ver cómo una mujer vacía sus carteras. Para proteger su privacidad, los regalos son enviados a otra dirección postal y luego son reenviados a su verdadera dirección. Regularmente recibe vestidos, zapatos, bolsos, joyas, tarjetas de regalo, etc.
La sexualidad humana está en constante evolución. Cada vez que surge una nueva tecnología, encontramos una forma de usarla para nuestra sexualidad. La pregunta es, ¿cómo se adaptarán nuestros comportamientos sexuales a las tecnologías futuras como 3D, realidad aumentada, inteligencia artificial, etc.?

¿Qué clase de persona podría darse el lujo de pagar una suma de dinero tan exorbitante por una sesión privada por webcam? Una persona rica, sin duda.
Un hombre habría ganado una subasta privada en Kink (una página web de fetiches) para pasar un determinado tiempo a solas con la Ama Madeline  (foto al lado).

Esta dominadora  parece ser modelo fetiche, por lo cual sus encantos parecen ser muy preciados por hombres en busca de ser dominados por una mujer.
De otro modo no nos explicamos, cómo este australiano pagó 42000$ por pasar una hora con esta ama (muy sexy, a propósito).

Es obvio que a los hombres les gusta entrar a Internet y vivir experiencias que no pueden vivir a plenitud en su vida diaria, pero el precio de esta experiencia en particular es excesivo y fuera de lugar cuando se sabe que el 99,9% de las dominadoras fetiches realizan shows desde 0,99 € por minuto hasta 4,99 € por el minuto más costoso. Este hombre podría haber desembolsado entre 60 y 300 euros por una hora completa con cualquier dominadora que haga shows por webcam.

Sin duda es el precio de la excentricidad… o algo completamente desquiciado por parte de la dominadora Madelin.

Algunos de ustedes, están muy parcializados con los encantos de las mujeres en medias, medias de red y tacones altos. Así que decidí darles un regalo especial hoy bajo la forma de un grupo de cuatro fotos de sexys anfitrionas, todas vestidas con medias y tacones. Puedes ver a las chicas en un sinnúmero de poses: inclinadas sobre un escritorio, cruzadas de piernas sobre una silla, en estilo perrito y cuchara.